¿Sabías que en la Laponia finlandesa hay una larga tradición de búsqueda de oro? ¿Y que, actualmente, aún hay buscadores y prospectores de oro en Laponia? ¿Sabías que tú también puedes encontrar tus propias pepitas de oro?
En julio del 2020, pasé un día en Tankavaara con mis amigos finlandeses Liisa y Pyry, y encontramos nuestro propio oro. Fueron miligramos de oro, pero… quilogramos de satisfacción.
En Tankavaara se encuentra “el poblado de oro”. Aparcamos en el párking principal, entre el hotel Tankavaara Gold Village y el bar Wanha Vaskoolimies. Este bar es el único en Laponia que acepta el pago de cervezas con lingotes de oro. ¡Con un gramo de oro, podrás adquirir 7 cervezas! Una forma original de pago, ¿no?
Luego, un arco de madera nos dio la bienvenida al complejo en el que se han reconstruido edificios tradicionales de algunos poblados que surgieron durante la fiebre del oro alrededor del mundo. La pena es que no se puede acceder a los edificios ya que estos, son sólo fachada, cómo si de un decorado de película se tratase.
Me llamó la atención que hay autoservicio de souvenirs: eliges lo que quieres comprar y dejas el dinero en un buzón. ¡Honestidad finlandesa al 100%!
Si seguimos adentrándonos en el poblado de oro, nos encontraremos con una bifurcación. Hacia la derecha, llegaremos al museo del oro y hacia la izquierda, llegaremos a la zona dónde podemos buscar nuestro propio oro. Nosotros decidimos, esta vez, ir a buscar oro. El museo quedó pendiente para una próxima visita.
Allí, había un pequeño edificio dónde el instructor, Marko, nos recibió. Le pagamos la entrada, nos equipó con las botas de agua, el plato y un tubo de ensayo y nos llevó a la zona de búsqueda de oro dónde nos fue explicando los pasos a seguir.
¿Cómo es el proceso de búsqueda de oro?
- Primero, con una pala, cogemos un montón de tierra y lo colocamos sobre el plato.
- Luego, vamos a la zona de las piscinas y sujetamos el plato entre las piernas, sumergiéndolo en el agua y mezclando bien para que toda la tierra se moje.
- Tras deshacernos de las piedras más grandes, empezamos el proceso de cribado: moviendo el plato de lado a lado repetidamente, decantándolo y lavándolo.
- Poco a poco, las piedras van desapareciendo y nos quedamos con una arena fina y negriza. Este es el momento crucial en el que tenemos que hacer el cribado lenta y cuidadosamente y tener los ojos bien abiertos para no perder ninguna pepita de oro.
- Al encontrar las pepitas, las guardamos en el tubo de ensayo y… ¡a seguir con la búsqueda!
A nosotros nos dio tiempo a hacer tres cribados y tanto Liisa, Pyry como yo, encontramos pepitas de oro. Además, de otras piedras preciosas como granadina y hematina.
La verdad es que Marko nos ayudó mucho, corrigiendo nuestra técnica cuándo era necesario y señalando las piedras preciosas que iban apareciendo en el cribado. Además, tenía un buen ojo para el oro y a él no se le escapaba ni una pepita.
Sin duda, el cribado del oro es un buen entrenamiento de la paciencia ya que es un proceso lento y que exige un poco de concentración, pero… ¡el momento en el que aparece alguna pepita brillante en el plato es especial!
Tras la búsqueda de oro, fuimos a comernos una hamburguesa al Wanha Vaskoolimies. Este bar también está ambientado en la época de la fiebre de oro y sirven la comida con una imitación de los platos de cribado.
Con la barriga llena y el oro en el bolsillo, hicimos una ruta de senderismo a Iso Tankavaara que recomiendo por su poca dificultad y agradables vistas.
Tras un día más que completo en Tankavaara, pusimos rumbo a casa, con el sol de medianoche y algún que otro reno como compañeros de ruta.
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